A veces te sueño En días como este, días blancos, días humo Días de cemento gris, de alma vencida…atlánticos días de música acerada Hoy hubo otra que quiso ocupar tu lugar Vestidas de sudor y de vino vienen a veces, en días como este Pero nunca tú ¿Dónde estás princesa? Soñé contigo otra vez Vienes en días como este para luego irte y estar más lejos que nunca y quiero vengarme quiero que te sepas madre de la concupiscencia de mis noches Quiero dedicarte todas mis mentiras Quiero que vengas y me rescates de mi mismo princesa Para poder rescatarte yo, y escribirte mil finales felices, mil canciones hechas para tu voz y para mis oídos Seguirán existiendo días como este pero estaremos refugiados en la profundidad y el cansancio Serán tiempos azules, días de Apolo, Dionisio y de Orfeo.
martes, 28 de agosto de 2007
28/08/07
Hermano, Fuimos vomitados juntos en el primitivo reino Escucho sus voces y entiendo su mensaje, iluminan mis tinieblas con indolente ternura Ellos son la fuerza, la sanación y la justicia, son la misericordia y la muerte Ejercito perfecto. Deidad absoluta. Mis hermanos son mayores y su corte es lejana, no conocía mi linaje y luego no quise conocerlo más Mi corte es cercana y caótica, soy menor. Soy la incertidumbre vacía de Dios Soy esclavo y libertador Soy en todas las cosas ilusión y esencia Soy materia soñadora, El que esta por llegar Eslabón del infinito. Al final arrancaré de mis ojos ensangrentados las pesadas legañas del tiempo Veré al fin tu rostro al otro lado de mis párpados y seremos por siempre.
A veces soy tu ángel, ¿lo recuerdas? Cuando digo lo que quieres que diga, cuando me necesitas y te abrazo, cuando me extrañas y aparezco, cuando te hago reír ¿lo recuerdas? ¿Recuerdas las canciones?
¿Recuerdas que soy pedante y te hago esperar?, ¿recuerdas que olvido? Eso también ¿no? las excusas infantiles… Soy así, como sabes, soy torpe y avanzo hacia ti dando trastadas. Llego y soy tu ángel otra vez, el ángel que nunca deje de ser, el que no es nada más que eso. Un hombre con suerte que nunca podrá hacer nada solo y por eso te ayuda, por amor real, no narcótico, ni adictivo. Real, pedregoso y sutil como todo lo real.
Esa tarde el viento fue mi cómplice. Esa tarde 4 ojos infinitos se balancearon trémulos sobre mi voz Esa tarde fui prisionero de mis virtudes. Esa tarde un príncipe de oro y una golondrina enamorada hablaron a través de mi boca y no se guardaron nada. Esa tarde la inocencia maniató a la perfidia. Esa tarde mientras yo narraba lo entendimos todo. A la noche 4 parpados cerrados se mintieron mutuamente A la noche la perfidia vapuleó a mis captores A la noche mis sentidos fueron invitados al banquete A la noche todo volvió a ser como siempre